Es evidente que las estructuras tradicionales se han roto. El modelo de empleado evoluciona constantemente con el paso de las generaciones, se convierte más autónomo debido al teletrabajo, necesitando desarrollar nuevas habilidades para poder hacer frente a un entorno altamente digitalizado. En este contexto se hace cada vez más imprescindible fomentar una mentalidad de consultor dentro de la organización.
¿Pero… qué es un Consultor?
La palabra Consultor proviene del latín “consultus” y significa “asesoramiento”. La función principal del consultor es asesorar dentro de su campo, aconsejar en la toma de decisiones y acciones empresariales, de cara a aumentar la rentabilidad de su propria empresa o de sus clientes.
Recientemente he participado en un curso que trataba temas como la escucha activa, estilos de comunicación, la importancia de hacer preguntas poderosas, la asertividad y la actitud ganadora, todas características que definen un buen consultor. Lo interesante es que estas habilidades se pueden extender más allá de la definición del propio puesto y pueden ser adquiridas por cualquier persona, independientemente de su área de experiencia y su posición dentro de la empresa. Solo hace falta crear un entorno propicio para el desarrollo continuo y proporcionar las herramientas necesarias que apoyen a los empleados en su crecimiento.